Estamos leyendo en los últimos tiempos, con sorpresa, cómo el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Bustarviejo se deshace en autoelogios por lo que consideran su cada vez mejor capacidad de actuar como técnicos (tecnócratas) apolíticos.
Estamos leyendo en los últimos tiempos, con estupor, cómo el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Bustarviejo afirma que todos los partidos nos «bombardean» con mociones y «estrategias políticas manipulativas».
Estamos leyendo en los últimos tiempos, con sonrojo, cómo el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Bustarviejo afirma que no hacen «política de partido» ya que la consideran «una pérdida de tiempo y de recursos».
Quizás en este punto no estaría de más recordar que quienes gobiernan en este pueblo pertenecen a dos partidos políticos de los de toda la vida: PP y PSOE. No deja de ser sorprendente que se desliguen de la política basada en ideologías menospreciando así los valores que representan una forma de entender la convivencia social, la justicia, la equidad y la responsabilidad de los gobiernos para conseguirla.
La alternativa parece ser un gobierno en la que los representantes elegidos democráticamente después de una campaña electoral basada en ideas y modelos con valor político e ideológico (sea el que sea), se transforman en “gestores profesionales positivos”.
Desde AVB, que no somos un partido político pero sí una agrupación vecinal con valores políticos, nos preguntamos: ¿se puede actuar como si el Ayuntamiento fuese una empresa que hay que gestionar y los vecinos y vecinas clientes a los que satisfacer? ¿Son realmente posibles los gobiernos técnicos?
La misión fundamental de los gobiernos, su trabajo, es tomar medidas que repercutan en una mejora sustancial en la forma de vida de la ciudadanía. En ese sentido, el personal técnico de cada área municipal tiene una función esencial ya que, en última instancia, asesoran y establecen el marco de acción legal y técnica de los gobiernos.
Pero, los gobiernos técnicos no existen. Son, igual que el apoliticismo, una entelequia de larga historia, profusamente divulgada en los últimos decenios por el fundamentalismo neoliberal.
Y la razón de que sea una entelequia es que, desde las instituciones públicas, no se pueden aplicar reformas sin considerar primero el impacto social que cada medida puede tener. Este impacto es evaluado según el modelo social, económico y de libertades que dirige la acción de quién tiene el poder de ejecutar. Así, tomar decisiones en teoría apolíticas o despreciando ideología o valores políticos de fondo significa no dar valor a ninguna forma de desarrollo social. Tomar medidas exclusivamente técnicas y enarbolar la bandera de la gestión significa no introducir en la ecuación el valor del impacto de esa medida en la vida de la ciudadanía.
Además, es falso. Las decisiones que se toman en este Ayuntamiento, como en cualquier otra administración pública, son decisiones políticas, no técnicas; tomadas por políticos e inspiradas por su ideología (sea la que sea, volvemos a insistir).
Y esto nos lleva a hacernos más preguntas:
¿Quieren las personas que votan a partidos políticos como PP/UCIN y PSOE en Bustarviejo un gobierno sin ánimo político? ¿Votaron en su momento dejando a un lado ideología y valores políticos? ¿Votaron sabiendo que sus representantes consideran que la política de partido es una pérdida de tiempo y de recursos?
Si bien es cierto que vecinos y vecinas queremos cierto tipo de iniciativas y de acciones por parte de las administraciones -limpieza, seguridad, transparencia en el gasto público- dudamos, por el mucho respeto que nos merecen los y las votantes progresistas, que se conformen con una gestión profesional positiva, una acción pseudopolítica que no defienda los valores por lo que ese progresismo ha luchado y ha representado siempre.