A una semana de las (no) fiestas celebradas en Bustarviejo y con los ánimos más calmados, me gustaría presentar algunas conclusiones:
En primer lugar, hay que destacar, sin duda, que si algo ha primado en las (no) fiestas ha ido el sentido común de los bustareños y bustareñas, que con una sensatez absoluta de la que debería aprender el equipo de gobierno decidieron quedarse en casa. Como una ciudadana más, gracias.
La asistencia a los diferentes eventos fue baja y la imagen triste. Uno de los efectos de empeñarse en hacer una actividad fuera de lugar es que pierde su esencia. No hubo fiesta, o lo que es peor hubo unas pseudofiestas deslucidas. Y eso, al final, también nos afecta a todos en el ánimo.
Otro de los temas que surgió a raíz del escrito, sin duda el más controvertido, fue el apoyo a las compañías artísticas que tenían programada una actuación. La posición de la AVB en este tema creo que es conocida por todos desde hace tiempo. No creo que a nadie se le ocurra dudar de la implicación y el buen hacer de nuestra compañera Blanca Suñén mientras tuvo las competencias de Cultura delegadas en la legislatura anterior, ni de su influencia en este tema después, como integrante de la asamblea de la agrupación.
Presentábamos en nuestro programa una política cultural con la que profundizar en la idea de democracia cultural, entendiendo el pueblo como un lugar en el que acceder al disfrute y a la creación de todo tipo de manifestaciones culturales. Así fue en la anterior legislatura – creo que se demostró con creces en el apoyo a los actores, músicos, pintores, artistas plásticos del pueblo- y así pretendía ser en esta.
Sin embargo, ese apoyo a la cultura debe darse en un contexto razonable y razonado. Y estas fiestas encubiertas no lo eran. Un contexto razonable y razonado podría haber sido ceder el presupuesto que se ha destinado a las (no) fiestas para programar una actividad cultural continuada y no concentrada en unos pocos días. Según los pagos fiscalizados, solo las orquestas –en tres actuaciones- han tenido un gasto de 9.900 euros. Con los gastos no fiscalizados, esta cifra podría llegar a unos 15.000 euros.
Una cosa es invertir en pequeños eventos controlables y controlados, que no dan lugar a masificaciones, dan trabajo a artistas locales y responden a un desarrollo lógico y deseable de las políticas de las artes en nuestro municipio.
Otra muy diferente es montar unas falsas fiestas, unas (no) fiestas patronales con fuegos artificiales, cena popular (finalmente suspendida, fue demasiado hasta para ellos) que persiguen llenar el pueblo de gente y generar una sensación de normalidad socioeconómica que no existe.
Se puede y se debe hacer política cultural y generar empleo en el sector cultural de otras maneras infinitamente más cuidadosas y delicadas sin aumentar enormemente el riesgo de focos de contagio de la COVID-19.
TERMINADAS LAS (NO) FIESTAS ANIMAMOS AL EQUIPO DE GOBIERNO A QUE:
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Ponga en marcha un programa cultural razonado y continuado.
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Con cabida a todas las disciplinas artísticas.
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Dirigido a todos/as pero en especial a los/as más jóvenes
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De la mano de compañías locales y también de otros profesionales procedentes de otros lugares.
Por último, para aquellos que preguntaron sobre mi solicitud de información al Secretario Interventor del Ayuntamiento de Bustarviejo sobre si la “Semana Cultural 2020” se ajustaba y cumplía las medidas de prevención y control, el Secretario me indicó que mi petición estaba mal dirigida, que no debía ir a él, sino al alcalde. Así, con fecha 14 de septiembre se registró al alcalde la misma petición hecha al Secretario: un informe jurídico sobre el grado de cumplimiento de la Orden ORDEN 1047/2020 en el acto de programar la «Semana Cultural». Todavía no hemos obtenido respuesta.
María González Moreno
Concejala de la Agrupación Vecinal Bustarviejo en el Ayuntamiento